Para estar en condiciones de prevenir la Parálisis Cerebral Infantil (PCI) es necesario conocer los factores de riesgo que están presentes, antes de padecer una lesión cerebral que la origina.
Los factores de riesgo para una PCI pueden darse durante cualquiera de las siguientes etapas:
Antes del embarazo. Factores de riesgo de Parálisis Cerebral Infantil.
Durante el embarazo. Factores de riesgo de Parálisis Cerebral Infantil.
Durante el parto. Factores de riesgo de Parálisis Cerebral Infantil.
Después del parto. Factores de riesgo de Parálisis Cerebral Infantil.
Antes del embarazo:
Intervalo de menos de dos años desde el último parto.
Edad menor a 18 años o mayor de 38 años.
Haber tenido 4 hijos o más.
Haber tenido un hijo prematuro o con peso al nacer inferior a 2 kilogramos.
Haber tenido un parto por vía cesárea.
Antecedente de cirugía en el útero.
Haber tenido, al menos, un aborto o haber dado a luz un niño muerto.
Pesar menos de 38 kilogramos o tener más de 30 kilogramos de sobrepeso.
Presentar bocio materno o enfermedades de la tiroides.
Esterilidad bajo tratamiento de, al menos, dos años.
Antecedente de haber tenido, al menos, un hijo con defectos genéticos.
Haber tenido incompetencia del cuello uterino para retener al bebé.
Durante el embarazo:
Embarazo ectópico (fuera de la matriz).
Hiperémesis gravídica (vómito constante).
Amenaza de parto prematuro (contracciones uterinas y sangrado antes de las 48 semanas de embarazo).
Malformaciones fetales congénitas como Síndrome de Down o Hidrocefalia Fetal.
Infecciones maternas como urinarias, pulmonares o vaginales.
Contacto con tóxicos, radiaciones o medicamentos.
Problemas placentarios como desprendimiento prematuro de placenta o insuficiencia placentaria.
Embarazos múltiples.
Consumo de alcohol, tabaco o droga.
Crecimiento intrauterino retardado, donde la madre tiene problemas para aumentar de peso. Lo normal es un aumento de peso promedio de 6 kilogramos durante el embarazo.
Anemia o desnutrición materna.
Escasa movilidad del feto.
Embarazo postérmino (más de 42 semanas).
Pérdidas vaginales de sangre u otros líquidos durante el embarazo.
Fiebre alta.
Oligohidramnios (escaso líquido líquido amniótico) o, lo contrario, Polihidramnios (excesivo líquido amniótico).
Ruptura prematura de membranas.
Enfermedades graves de la mujer, como cardiopatía, neumopatía, epilepsia, enfermedades renales, diabetes mellitus, enfermedades de la tiroides, entre otras.
Edema excesivo (retención de líquidos en piernas y cara) que puede llevar a la preeclampsia cuando se acompaña de alteraciones renales y aumento de la presión arterial, o de eclampsia cuando se agregan convulsiones de la mujer embarazada.
Isoinmunización R.H. Consiste en que la madre y el niño tienen en la sangre diferente antígeno R.H. que ocasiona que el niño se ponga ictérico (amarillo).
Durante el parto:
Parto distócico, cuando el niño nace por cesárea se utilizan fórceps o maniobras obstétricas bruscas.
Trabajo de parto prolongado, que duran más de 12 horas.
Hemorrágia materna abundante durante el parto.
Parto fortuito, sin atención médica o de parteras certificadas.
Atención del parto por personas no capacitadas.
Después del parto:
Niño Prematuro (menos de 37 semanas de gestación).
Si el niño necesitó tratamiento en la Unidad de Cuidados Intensivos (UCI).
Si el niño requirió incubadora.
Infección Neonatal (en el recién nacido).
Recién nacido con Meningitis o Encefalitis.
Niño con Cardiopatía.
Anemia Neonatal.
Dismorfia Facial (alteraciones en la anatomía de la cara).
Presencia de Déficit Neurológico (por ejemplo; el niño no regule la temperatura, no respire espontáneamente o esté hiporreactivo).
Encefalopatía Metabólica.
Traumatismo Craneoencefálico.
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