Se considera retraso psicomotor generalizado, al retardo en las cuatro áreas del desarrollo: motora gruesa, motora fina, personal-social y del lenguaje.
Cuando el problema se encuentra en una de éstas se denomina retraso específico. En ambos tipos se presenta una desaceleración en el desarrollo del niño, al compararse con el normal esperado para su edad, condición socioeconómica y cultural a la que pertenece.
Cuando un niño presenta retraso psicomotor, éste suele asociarse a funcionamiento intelectual debajo del normal, problemas del aprendizaje y de la madurez social durante el desarrollo.
En Berna, Suiza (1839), se fundó la primera institución creada especialmente para atender este tipo de pacientes. En 1948, se crea en Massachussets, Estados Unidos, la primera escuela experimental. A partir de esas fechas, especialmente en el siglo XX, se registra gran avance en el conocimiento del desarrollo infantil, impulsado por autores de muy diversa orientación como Freud, Watson, Gesell, Piaget, Fromm y Terman, mismos que crearon corrientes de pensamiento con diferentes enfoques.
Se considera a Alfred Binet como el padre de la educación especial moderna. Contrariamente a la creencia popular de su tiempo, Binet no creía en la naturaleza estática de la inteligencia; en 1909 inició, en la ciudad de París, grupos de tratamiento para retrasados.
El retraso psicomotor tiene que ver con el concepto de inteligencia, con la estimulación de la madurez social y con la capacidad de aprender.
Las causas del retraso psicomotor pueden ser enfermedades orgánicas que cursen con daño cerebral, deprivación social con carencia de estímulos ambientales o, bien, puede deberse a causas mixtas.
El retraso psicomotor se debe, con mayor frecuencia, a factores perinatales como la prematurez, traumatismos durante el parto y sufrimiento fetal, seguidos por causas infecciosas. Ambos elementos, nos ubican en la patología de la pobreza, al relacionarse con deficiente control prenatal e inadecuada atención del parto. Aunque el retraso psicomotor puede presentarse en cualquier clase social, las clases desprotegidas la resienten con más frecuencia y severidad, debido a que en ellas se combinan varias causas como sería la desnutrición en útero y posnatal, con la falta de estímulos ambientales , en el caso de niños prematuros que presentan (además) daño cerebral.
Entre más elementos negativos se combinen, es lógico que el retraso psicomotor será más severo.
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